29 ago 2025

El campo del cerezo

Llevé a los dos nietos a jugar un partido de fútbol a un lugar remoto. La cancha, como se dice por América, tenía mucho encanto, ya que en el medio tenía un cerezo. El partido entre dos pueblos vecinos discurrió con normalidad, si quitamos el detalle de que el árbol estorbaba lo suyo. Sin embargo, los jugadores ni se inmutaron con el intruso. Me acerqué a un viejito que, apoyado en su cachaba, presenciaba el envite deportivo. ¿Por qué no se quita el árbol? Por nada del mundo. No vea usted las cerezas que da en junio. Además, hace 3 años una tormenta rajó el tronco y lo hemos tenido vendado hasta la semana pasada. ¿No ve usted la cicatriz? Era verdad, tenía en el talle las marcas del vendaje. Eso es amar a la naturaleza, le dije antes de despedirme.
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27 ago 2025

Intrahistoria de un río

Por un pueblo de ganaderos y agricultores pasaba un río no muy caudaloso que iba encajonado entre árboles que ocultaban la visión del mundo más allá del follaje. Las gotas recién caídas en el último aguacero se quejaban, porque no disfrutaban del paisaje. Nosotras que veíamos todo desde el cielo ahora nos aburrimos, sobre todo en los remansos, se quejaban ellas. Y como sentían mucha curiosidad, un día de lluvias torrenciales aprovecharon para salirse del cauce. Y así vieron terrenos vallados con alambradas que tenían animales encerrados dentro, campos con plantas domesticadas que crecían con mucho orden y control, y se sorprendieron al ver muchas líneas rectas que dividían el terreno en parcelas y servían también para señalar los caminos y las propiedades. Y les pareció todo aburrido y soso. Tanto tiempo mirando con curiosidad desde la altura estos sitios y ahora mira lo que tenemos que ver de cerca, se quejaban. En cuanto amainó el temporal y volvieron a su cauce se sintieron felices, viendo las curvas y meandros que trazaba el río, la vegetación exuberante que lo acompañaba, los rayos de sol que atravesaban la cúpula vegetal y rebotaban en el agua clara, el canto de los pájaros que danzaban de rama en rama, los saltos de los peces, el croar de las ranas, las madrigueras de los castores, los insectos que pululaban de aquí para allá, la sombra y el frescor que lo acompañaba y ...se sintieron felices. Aquello era un caos muy ordenado donde todos cabían y gozaban libres y a gusto. Y las gotas de lluvia, que ya sabían distinguir entre el bien y el mal, pidieron al río que no volviera a desbordarse más, que no querían ver fuera un mundo sometido y tan falto de libertad.
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25 ago 2025

Y, sin embargo, se hace

Un día el niño gafoso que sufría bullying en la escuela recibió la nota de un trabajo de redacción que había corregido su maestro con un bolígrafo rojo. Tienes un 6’30 puntos sobre 10. El niño se atrevió a preguntar por qué. Es lo que me ha parecido objetivo viendo tu desempeño y resultado. Y eso que parece tan medido, se atrevió a preguntar el niño, ¿cómo se mide? El maestro se sintió incómodo, no tenía ganas de explicarlo. Pero quedó atónito con el razonamiento del niño. Supongo que usted es un 7’56 de simpático, un 5’32 de destrezas conducir, un 8’35 de paciente y tiene un sentido del humor de 6’99. Rio el maestro. Bueno, te subo la nota a 8’59. Esto parecen los precios de una gasolinera, protestó. No, esos van con milésimas de euro, replicó el niño. Bueno, ya te subo nota en la redacción, veo que eres ocurrente, me gusta tu forma de razonar. Y a mí no me gusta su forma de evaluar. Es mejor apreciar aprendizaje que calificarlo, me dices. Claro. Lo intento, verás. Aquel día ambos se hicieron más amigos.

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22 ago 2025

Herida mal cicatrizada

Al tonto de mi marido se le ocurrió morirse y dejarme viuda contra mi voluntad. ¿Ahora qué? Me esfuerzo por ser la misma de siempre y no perder mis hábitos. Con el perro lo llevo bien, cada día le visto con sus ropas. Lo que mejor le queda es el pijama de rayas con un osito panda en la espalda y la sudadera de hacer running.
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