Normalizar situaciones

Conozco a mi amigo y le saco un tema recurrente en nuestras conversaciones. ¿Sabes qué es el test de Portsolt? Ni idea. Es curioso cómo investigan en los laboratorios la resistencia a la depresión, le explico. Según he entendido en un artículo, meten ratones en una piscina de la que no pueden salir. Por supuesto, los roedores nadan hasta la extenuación y luego ya se abandonan flotando en el agua esperando que los rescaten. Dicen que eso es indefensión aprendida. El asunto es que, si se les inyectan antidepresivos, se comprueba que nadan mucho más tiempo, con más determinación y ganas. Parece ser que son sustancias como la serotonina, dopamina... que activan los neurotransmisores cerebrales. Joder, me contesta mi amigo, ¿eso hacen conmigo? Pues me empiezan a caer mejor los ratoncitos de laboratorio. Les debo favores, por lo que veo. Y se quedó callado, con un punto de tristeza en la mirada. Es tremendo, dijo al cabo de un rato, la de veces que me ahogo yo mismo sin poder apenas nadar en el proceloso mar de la impotencia. Te veo poético. Sí, es lo que sale cada vez que estoy arriba. Sonreímos los dos. Gracias, me viene bien hablar de estas cosas. A mí también. Pobres ratones, exclamamos al unísono en medio de una carcajada.

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