21 jul 2025

Quién inspiró a Praxíteles

La copia de la Afrodita de Cnido
llamada de Altemps o Ludovisi.
Museo del Palacio Altemps, Roma.
El abuelo Simón venía al paseo matinal ya con ideas y antes de sentarse a la sombra del Árbol de las Confidencias inició la conversación. Machuca, hoy tengo una grieguería. ¿Otra de griegos? Cuenta, cuenta. Es la historia del juicio de Friné. Primera vez que oigo ese nombre. Tiene que ver con Praxíteles, el escultor del S. IV a. C. que esculpió nada menos que a Afrodita, una escultura perdida que los arqueólogos buscan como locos. ¿Y cómo ponderamos tanto algo que no vemos? Hoy hablamos de oídas. Dicen que La Afrodita de Cnido es una copia, fíjate qué nivel. Cuenta, cuenta. Resulta que Friné era una hetaira, una mujer que estimulaba, dígase así, intelectual y sensualmente a los hombres de la antigua Atenas. El mismo Praxíteles, dicen, la tuvo como modelo y amante. Pero con aquella Friné era una mujer de mucho desparpajo y amasó tanto poder y fortuna que llegó a mosquear a sus contemporáneos que la acusaron de impiedad, ya se sabe, la manida falta de respeto hacia las divinidades de la ciudad que era un pecado muy grave. Y la llevaron al Areópago donde el tribunal ateniense tuvo que dilucidar si merecía condena o no. Hipérides, su abogado, dice que se esforzó al máximo, pero no tenía, parece, argumentos poderosos y cuando ya veía perdido el juicio, desesperado, no se le ocurrió otra cosa que tirar de la túnica de Friné y dejarla desnuda frente a todos los presentes. Estos se quedaron mudos ante la belleza insultante de la misma Afrodita esculpida por Praxíteles. Claro, Friné había sido probablemente su modelo, dicho sea de paso, y la indultaron. Era como condenar a la diosa del amor y la belleza, debieron pensar. Y es así como acabó la historia. La leyenda, no te pases, la leyenda, le corrigió Machuca. Eso, eso.
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