12 ago 2024

El pensador

Érase una vez una cabeza que pensaba mucho, tanto tanto que no tenía tiempo ni para hablar con nadie. Eso le producía un tremendo problema, porque no podía decidir nada ya que siempre se le ocurría algo nuevo ante cualquier decisión en el último instante. O sea, que era un indeciso crónico. En realidad, respiraba, estornudaba, parpadeaba, tragaba saliva... porque eran movimientos reflejos, y, obviamente, porque si no colapsaría. Y tanto llamó la atención este hombre en su entorno que llegó a cautivar, eso dicen, al mismo Rodin, el famoso escultor francés que hacía esculturas como churros a partir de un modelo de yeso que él creaba y sus ayudantes replicaban a demanda. Este fue el caso de "El pensador", por lo que el hombre que tanto, tanto pensaba, posó para el escultor, eso sí, lleno de dudas y zozobra. El caso es que el hombre que mucho pensaba acabó con muchos hermanos gemelos que hoy día se reparten por el mundo sin tantos pesares. Eso ganaron.
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