28 ago 2023

Cocteleros intrusos

En el último Campeonato Nacional de Coctelería no pasé de la fase regional, no porque perdiera, sino por todo lo contrario. Gané y tuvo su resonancia en los periódicos locales. Competimos allí 6 profesionales, un cura y yo. Los profesionales quedaron los últimos y se montó un escándalo considerable. ¿Cómo puede ser que dos individuos ajenos a la hostelería, protestaba el presidente del ramo, queden por delante? ¿En qué lugar queda la profesión? El airado caballero no dudó en hablar con el obispo y con el Colegio de Farmacéuticos conminándoles a poner orden. El cura se disculpaba diciendo que él estaba aburrido de beber el vino de misa y que atraía más feligreses a las celebraciones parroquiales con combinados atrevidos. No le valió el argumento y se vio obligado a abandonar el concurso. Yo dije que era un experto en fórmulas magistrales y que los cócteles no son más que una variación de lo mismo. Me dijeron que lo mío era intromisión y una frivolidad, que no está bien banalizar los saberes profesionales que tanto bien hacen a la humanidad. Lo tuve que asumir. Eso de ser boticario, ya se ve, me ata las manos. Pero tengo que decir que he sacado una ventaja. El cura y yo somos amigos y juro que pasamos buenos ratos. 

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