Es cierto que detrás de cada ser humano se esconde una historia,
pero no es menos cierto que a cada persona le acompañan otras muchas más historias, tantas cuantas dinosaurios encuentra en cada despertar...
Una
manzana providencial y oportuna cayó del árbol y tropezó con la
testa de Isaac Newton que, por cierto, no resultó herido de
gravedad, pero sí inspirado por la gravedad del caso.
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