El abuelo Simón, paseando muy de mañana, con las manos cogidas atrás y con su amigo de confidencias, el tío Machuca, se luce con una parrafada de antología. Hoy, 24 de diciembre, se abre la tregua en la guerra que por la subsistencia y la felicidad libramos todos los seres humanos, hoy nos miraremos a la cara y nos diremos que estamos vivos, que pertenecemos al clan, que reconocemos a los mayores, a los de en medio y a los recién incorporados al árbol genealógico familiar. Hoy comprobaremos que peleamos por la vida, que sentimos el orgullo de unos apellidos y que nos volveremos a ver el año que viene. Amén, sentencia su amigo, ni un día más, ni un día menos, un año. Es que los viejos tenemos una forma de medir el tiempo un poco viejuna. ¿Eso? Pues que hoy con Internet y sus variadas aplicaciones estamos en contacto más de lo que te crees. A mí me vas a decir, donde esté una cara y un vis a vis que se quite todo lo demás. Pero es lo que hay, toca ver el lado positivo. Pues eso, feliz navidad. Añade, por favor, la sorna se ve que no falta, ni olvides lo de próspero año nuevo. Así será si nos lo peleamos. Y lo pelearemos, no lo dudes. ¿Quién puede con nosotros? Ni el virus ese que anda por ahí. A ese ni le felicito. Yo tampoco, eso para los que sobrevivimos. Nosotros, claro. Clarísimo.
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