5 nov 2021

Victimismo del privilegiado

Onassis Valderrana era el hombre más poderoso del lugar y cuando tuvo que presentarse ante el juez por una demanda que le presentó un colectivo de gente insignificante no tuvo ningún empalago en defenderse con algunos argumentos que sonrojaron al mismo tribunal. Esta gente quiere discriminarme, señor juez, quieren que les ceda gratuitamente agua del río que pasa por mi propiedad. Pero, le interrumpió el juez, ellos presentan pruebas de que usted desvió el cauce del río en el Desfiladero del Espino. No señor juez, fue un cambio natural que la Providencia quiso que ocurriera. Cayeron dos roquitas del desfiladero y taponaron la corriente. Pero, le insistió el juez, tienen pruebas de que el agua encontró al lado un canal que usted mandó excavar intencionadamente. Señor juez, era no más que una piscinita para abrevar mis reses, todo estaba previsto por la Providencia. Pero estos campesinos, argumentó el juez, se han quedado sin recursos hídricos. Esos campesinos, señor juez, me acosan y hostigan. Dios quiso que en este mundo hubiera ricos y pobres, señor juez, eso es cosa de la Providencia. Pero, se puso serio el juez, quien dijo eso no señaló quiénes debían ser los pobres y quiénes los ricos. Eso, aquí y ahora, lo digo yo. Y dio un sonoro martillazo en la mesa para dictar sentencia. El río recuperará su curso. Las obras las ejecutará la municipalidad cuanto antes y los costes correrán a cuenta del señor Onassis Valderrana. He dicho.

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