Antaño
las bombas eran un pedrusco que reventaba paredes y cabezas, decía
fulano. Luego con pólvora hasta incendiaban castillos, añadía
mengano. O los explotaban, según zutano. ¡Ay! La maldad humana no
tiene límites, maldecía perengano.
NOTA: Relato finalista en el VI Concurso Literario de minicuentos "Un caleidoscopio de letras". Ver Mundo escritura. Agosto 2020. (http://www.mundoescritura.com/concursos/microrrelatos.php).
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