Ya estoy en casa, por fin. Jack London entró en su cabaña dando por hecho que encontraría cobijo seguro. Pero se encontró los enseres revueltos, si no destrozados, sus tarros vacíos, el salmón colgado en una viga desaparecido, su camastro aplastado y... no le pudo la desesperación. Siguió unas huellas aún frescas y encontró un oso rascándose la panza en el tronco de un abeto. Disparó y cayó redondo. Lo despellejó allí mismo, enterró en nieve su cuerpo pensando en el día siguiente y con la piel y un buen chuletón regresó a la cabaña. Encontró el saco de sal y cenó como un señor.
NOTA:
Texto presentado el 24-09-20, en la XIV Edición de Relatos
en Cadena, concurso de microrrelatos de la Cadena Ser, cuya condición
de inicio es dar comienzo al relato con la última frase o fragmento
del cuento ganador de la semana anterior.
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