17 ago 2020

Guerras en el huerto


El abuelo tiene mucha paciencia, tanta que se pasa horas enteras en su huerto ahuyentando las mariposas blancas que dejan sus huevos en las berzas o coles. Como te descuides, me explicaba, dejan unos huevos amarillos en el envés de las hojas del tamaño de la uña del dedo meñique y en dos semanas aparecen unas orugas como el propio dedo que devoran las hojas antes de que te enteres. Y ¿cómo haces? Localizo los huevos y los destruyo. Un poco cruel, ¿no? O ellas o yo, me replica enfadado. Competimos por la comida y yo no quiero perder esta guerra. Me callo, cualquiera contradice a mi abuelo horticultor. ¡Mata por una col!
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