Una
vez estuve enfermo de paperas, decía el abuelo Simón, y lo pasé
mal.¿Síntomas? No me acuerdo, creo que me dolía la garganta y no
podía tragar ni un vaso de leche. Pero, preguntaba el tío Machuca,
mal, ¿por qué? Era un niño, estaba encerrado en casa y los días
se me hacían eternos. Y cuando se acabó el encierro, fui feliz, fui
consciente de que la vida era bella. ¿Lo dudabas? No sé, en aquella
edad no filosofaba tanto. Pues qué quieres que te diga, decía el
tío Machuca siguiendo el hilo, ahora que soy mayor filosofo un poco
y me doy cuenta de que Marx no tenía razón con aquello de que sólo
hay dos clases sociales, los ricos y los pobres. ¿? Sí, ahora me
doy cuenta que hay dos clases más evidentes, los enfermos y los
sanos. ¡Ah!
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