Su
preferido no era yo, que mi padre siempre tiraba más hacia mi
hermano Ramón. Nunca sentí envidia de ello, aunque me tocaran los
horarios más incómodos, los compañeros más insoportables o no
tuviera oportunidades. Ramón Rubiera, siempre por delante de mí, se
llevaba los aplausos y hasta los consuelos cuando la vida se torcía.
Era el preferido de mi padre. Y yo me alegraba, porque hacer de
esparring en el gimansio de mi progenitor era mucha responsabilidad.
_______
No hay comentarios:
Publicar un comentario