Los
desguazabots ya venían de camino, pero se toparon antes con un
enemigo terrible, las Damas Apostólicas de San Tadeo. Ellas solas se
bastaron para detener el avance de aquellos androides, repeliéndoles
con sus oraciones de dimensión, por lo menos, 5G. Dos
ciber-jaculatorias bien dirigidas y un querubín celestial los
convirtió en humo con sabor a incienso. Por fin la congregación se
sentía tranquila, habían encontrado la fórmula para defenderse de
la enésima pandemia que había asolado la Tierra. Los desguazabots,
no se cebarían ya con su faringe 3D fabricada con iridio traído de
Marte. Por ahora.
NOTA:
Texto presentado e 16-04-20, en la XII Edición de Relatos en
Cadena, concurso de microrrelatos de la Cadena Ser, cuya condición
de inicio es dar comienzo al relato con la última frase o fragmento
del cuento ganador de la semana anterior.
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