18 mar 2020

Predifunto

La tía Carmen murió joven, apenas 24 años. De muerte repentina. Se tendió en la cama de la habitación principal con la escusa de que le dolía la cabeza y allí la encontraron exánime. En la familia dejó un hueco tremendo y aún hoy, 40 años transcurridos, aparece como un drama en las conversaciones familiares. Nadie de la casa se atrevía a usar aquella habitación por respeto a la difunta y por temor. Yo sí, a mí me engañaron, porque tenía 5 años y no entendía del drama de la muerte. Allí dormí muy a menudo y aún hoy es mi lecho, si es que voy de visita. Mi madre siempre dijo que reaccioné muy bien, que era un niño muy maduro. La verdad es que nadie lo sabe, pero yo hoy día sigo hablando todas las noches con la tía Carmen. Siempre me dice que esté tranquilo, que ya me avisará con tiempo el día que se me acerque la Dama de la Guadaña.
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