Me
parecen lejanos los días en el que fui soldado, de los que llevaban
uniforme y armas. Aunque parezca una cosa inocente, a mí me
enseñaron a matar. Poco más. También aprendí que la disciplina y
la obediencia eran obligadas, incuestionables, un tabú inviolable. Se decía en
mis papeles de soldado que el valor "se le supone". Así
que, fui discreto, traté de pasar desapercibido y esperar a que
aquello terminara. Han pasado muchos años y pocas veces le doy
vueltas. Pero cuando trato de entender aquellos días no le saco ni
un provecho. Ni serví sinceramente a mi país, ni me sirvió para
nada. Bueno sí, en caso de bombardeo de la aviación sé que me
tendré que refugiar en el cráter hecho por una bomba anterior.
Porque es difícil, decía un brigada, que dos bombas aterricen en el
mismo lugar. ¡Jo! Menos mal que pertenezco a la primera generación
de los Badaya en siglos que no ha sufrido una guerra. Que dure.
_____ o _____
Mucha gente aprendió a fumar, yo ni eso, iba ya bien "aprendido" (aquí echo de menos un emoticono llorón) (y ahora otro meándose de risa)
ResponderEliminarCierto, yo también progresé en ese campo: Empecé a fumar por las mañanas y me quedé con la adicción por muchos años. Vamos, un inconsciente.
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