Un
guaso de la Pampa chilena tiene siete ovejas menos y un perro cojo
por mi culpa. Yo solo sacudí el mantel por la ventana de mi caravana
y las ovejas, que son muy tontas como todas las fábulas clásicas
reflejan, echaron a correr despavoridas y se precipitaron contra la
alambrada del pasto. Yo ayudé a recuperar el rebaño lo mejor que
pude y casi le hago el boca a boca a una cordera. El guaso que estaba
al cuidado de aquel inmenso rebaño, no paró de soltar juramentos
todo el rato. Me agradeció la ayuda, mientras no dejaba de cagarse
en todos los turistas que viajábamos en caravana por la Pampa.
Entendí la indirecta. Yo, por si acaso, no le dije que fui el que
desencadenó la estampida con el mantel para librarme de unas migas
de pan. Menos mal, si no soy hombre muerto, que estos guasos tienen
muy mal genio.
_____ o _____
No hay comentarios:
Publicar un comentario