Su
primer día de trabajo fue memorable. Acababa de ser admitido en una
empresa de mantenimiento de ascensores y, tras las consabidas
prácticas iniciales y el aprendizaje al lado de un veterano, llegó
el día en el que él solito tenía que solventar un arreglo que
había solicitado una comunidad de vecinos. Era muy sencillo. En la
botonera del ascensor modelo HTH564 faltaba el número 6, ya que
alguien de potente dedo lo había dejado inútil. Y allí se presentó
Otilio, un joven técnico que estrenaba cargo. Hizo el trabajo con
profesionalidad, rápidamente, y al acabar se acercó a un vecino
para que certificara su ejecución. La señora María firmó el parte
sin ningún problema. Se retiró ufano y regresó a la empresa a
esperar otra tarea. Pero no fue así, porque el jefe, muy sonriente,
le mandó volver, eso dijo, al lugar
del crimen.
Hoy metes una hora extra gratis, le retó. Te vuelves al edificio
donde has estado, y colocas el 6 de nuevo. Porque, mira, en la
vivienda hay 6 alturas y tú has puesto el botón del piso 9. Anda,
dale una vuelta al asunto, le dijo muerto de risa. Otilio aún se
acuerda de las carcajadas de sus compañeros. Y que conste, hoy es
todo un profesional.
_____ o _____
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