Hablaba
el abuelo Simón bajo el árbol de las confidencias. Hoy he cruzado,
decía, el barrio de San Francisco, ya sabes que está lleno de
inmigrantes. Sí, es cierto, llama la atención la emigración que ha
llegado en los últimos años. Pues resulta que hoy acaba el Ramadán.
¿Y...? Pues que todo era una fiesta, todos sonrientes, dándose
abrazos, todos vestidos con sus mejores galas. ¿Como visten los
musulmanes? Sí, con las mejores galas senegalesas, magrebíes,
pakistaníes.... Ya. En este punto de la conversación se hizo el
silencio, hasta que el abuelo Simón reanudó el diálogo con uno de
sus pensamientos profundos. Creo que todos somos iguales, que todos
tenemos el mismo hardware, no hay duda ¿Y...? Pues que nos
diferenciamos en el software, tenemos una cultura y una religión que
son como una máquina de pensar que nos hacen ver e interpretar el
mundo de maneras diferentes. Ya, como iOS y Android. El abuelo Simón
miró detenidamente a su amigo y paladeó la frase con lentitud. Sé
que los sistemas operativos son muy parecidos, como los seres
humanos, a lo sumo cambian algunos componentes y aplicaciones. Pero
todas se actualizan regularmente, ¿no? Todos somos hijos de las
ideas que trae y lleva el viento. Y ya sabes que cada país tiene
vientos diferentes... Ahora, el que miraba era el tío Machuca,
asombrado por el aire poético de las palabras de su compañero. No
contestó. Era el mejor modo de aceptar que le daba la razón.
_____ o _____
No hay comentarios:
Publicar un comentario