4 nov 2015

Hablé ayer con Darwin

Dicen los ornitólogos que cada vez hay menos gorriones en la ciudades. Ya se sabe, ese pajarillo feucho que picotea en las aceras de las ciudades, disputándose con las palomas lo que dejamos caer distraídamente los urbanos. Yo estoy en disposición de afirmar que ya sé la causa verdadera de esta disminución poblacional de los simpáticos pajarillos. Me han dicho que es por su escolarización. Sí, hasta ahora crecían y pervivían guiados únicamente del instinto y ahora caen fulminados por plagas, depredadores y enfermedad por culpa del exceso la educación.
Me explico. Tiempo ha, en el ayuntamiento de mi ciudad se contrató un equipo de biólogos atrevidos que quiso mejorar la preparación para la vida de gorriones y palomas y les diseñaron e impartieron un curriculum sobre técnicas de superveniencia, alimentación, cobijo, salud y buenas costumbres urbanas. Acabado el curso acelerado, cuentan los del lugar que se vieron palomas volando con manuales de consulta, gorriones con gafas y, sobre todo, aves con dudas e indecisión, por lo que muchos acabaron atropellados, otros en las fauces o picos de depredadores y hasta muchos víctimas de la inanición. Con todo lo cual me atrevo a afirmar que el exceso de educación, junto con la pérdida del instinto natural, es pernicioso para la perpetuación de las especies.
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