El alcalde de mi ciudad
ha sacado un bando en el que informa a los ciudadanos de un nuevo
modo de aparcar el vehículo en el centro de la ciudad. Resumidamente
viene a decir que usted llega al lugar que desee, deja el coche
encima de unas rayas amarillas y que automáticamente aparece una
minigrúa rodante que lo engancha con cuidado, lo eleva por el morro
y se lo lleva a un lugar donde se lo guardan con esmero. Cuando usted
de nuevo necesite el vehículo solo tiene que acercarse al
aparcamiento municipal en un minibús con música relajante y sesión
de cromoterapia incluida. En diez minutos, no más le acercan al
destino. El único inconveniente es el precio del billete: 200 €.
Pero asegura el alcalde que es muy cómodo.
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