27 jul 2015

Última aportación de los Darwin

Llovió de manera tan persistente y durante tantos días que se produjeron graves inundaciones, tan grandes que hasta un émulo del mismísimo Noé tuvo que tomar cartas en el asunto reflotando el arca famosa con intención de salvar lo más posible. Vamos, que excepto a peces y aves, tuvo que hacer una llamada de acogida a mamíferos, reptiles y algún que otro insecto. Pero claro, ya no fue como antes, que en estos tiempos ya no se respeta la autoridad y cualquiera es protestón, así que se oyeron muchos argumentos que hicieron imposible el embarque de una pareja de cada especie, que si por qué éste y no yo, que si somos incompatibles y que éste me depreda en el viaje, que menos el escarabajo pelotero todos acabarían hartos, que si...
Total que cuando el seguidor de Noé estaba ya harto de escuchar a uno y otro, se le apareció en una zodiak de Animales Sin Fronteras un biznieto de Darwin que le dijo algo muy serio.
-Pones en peligro la continuidad de las especies, no salvas a nadie, porque -y se lo explicó señalándole con el dedo- conviertes en endogámicas a las futuras generaciones y la consanguinidad es perniciosa para los descendientes -y añadió-.Te lo digo yo por experiencia propia.
El último fan de Noé se quedó pensativo y, para salir de dudas, consultó una enciclopedia virtual de mucho prestigio, en la que comprobó los problemas que los numerosos casamientos entre primos hermanos acarrearon a los Darwin. Así que se acercó a los animales concentrados frente a su nave y con grandes voces provocó una estampida que los hizo desaparecer. Y todos curiosamente sobrevivieron.
-Qué tonto soy -se dijo-, si hasta saben nadar. Quién me mandará a mí creer en mitos...
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