26 dic 2014

El límite de la dignidad

El mendigo de mi calle tiene manual de estilo.
-Siempre voy aseado, solicito silenciosamente limosna y nunca me ofende quien no me ayuda -dice-. Mi lema es no molestar.
Pasa el tiempo leyendo pacíficamente libros que le dejan, conversa con quien se le acerca y agradece los apoyos. Y sufre en silencio a quienes le ignoran o lanzan comentarios perversos.
Wilfredo Machado
-Soy seropositivo, un tirado -admite sin rodeos-. Y vivo de dar pena... -Y lo argumenta-. Hasta para esto hay que saber estar. 
Yo siempre le saludo por su nombre
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