9 dic 2013

El llanto de la bella durmiente

El mosquito zumbaba por la habitación de manera intimidante. Era de esperar que lanzara un ataque en el momento que ella, la bella durmiente, bajara la guardia. La acongojada mujer recordó que al día siguiente tenía una sesión en el estudio fotográfico en el que trabajaba y que su rostro debía estar inmaculado. Se temió lo peor. Así que se cubrió por completo con la sábana y sacó un pie por un costado, ofreciendo de cebo la parte menos fotogénica de su cuerpo. Pasó mucho tiempo en vela hasta que se durmió de puro cansancio.
Al despertar comprobó que había rastro de varios picotazos en su pie izquierdo, con un enrojecimiento que delataba que ella misma se había rascado con ganas.
Aquella mañana acudió temprano al estudio y justificó su mala cara con el incidente nocturno. El fotógrafo la miró atónito.
-Hoy tomamos fotos para una catálogo de sandalias de Christian Dylon...
La cara de la modelo se descompuso en una mueca de pura desesperación y antes de estallar en un llanto histérico se desahogó con su compañero de faena.
-¡Fea sería más feliz!
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