-Pisas diferente con el pie izquierdo, con más fuerza y sobre todo con el empeine.
-¿Lo notas?
-Seguro que tienes una cadera más alta que la otra, o un gemelo más grueso, o...
-¿?
-Y dolor de espalda...
Me quedé atónito. En un minuto me había hecho gratis un diagnóstico certero y ajustado, más rápido y barato que el que me hizo años atrás un traumatólogo prestigioso, que me anunció con palabras mayores que padecía una dismetría congénita leve en las extremidades inferiores, algo que, dijo, me acompañaría toda la vida sin mayores consecuencias.
Reconozco que mi zapatero de confianza habla más llano.
_____ o _____
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