Abuelita sabia

-Abuelita, cuéntame el cuento del niño que desobedeció a su mamá.
-¿Otra vez?
-Sí, otra vez.
-Pues érase una vez un niño que fue con su abuelita anciana a la fuente a por agua y se olvidó de un consejo que siempre le daba su mamá...
-¿Cuál?
-Que siempre debía ayudar a los ancianos a sacar agua del brocal del pozo.
-¿Y qué hizo el niño?
-Entretenerse con una mariposa roja y negra que en realidad era una bruja.
-¿Y qué quería la bruja?

-Que la abuelita cayera al pozo por llenar demasiado el balde.
-¡Ah!
-No se ahogó, claro, pero se llevó un buen golpetazo en la cabeza y perdió la memoria.
-Eso no fue culpa de la bruja.
-Pero si el niño hubiera ayudado a la abuelita, eso no hubiera pasado.
-¡Claro!
-Y ¿sabes lo peor?
-No.
-Que desde entonces la abuelita desmemoriada no pudo contar más cuentos.
-¿Sí?
-Mira, voy ahora mismo a por agua para poner estas flores en un cubo, así podré venderlas mañana en la plaza.
-¿Ahora mismo?
-¡Uy! Detrás de ti hay una mariposa roja y negra...
-¡Te ayudo, te ayudo a coger agua! ¡Voy yo solito, abuelita!

TEXTO SELECCIONADO COMO FINALISTA EN CONCURSO A PARTIR DE UNA IMAGEN DE SEPTIEMBRE DE 2013 EN TRIPLE C.
Imaggen de Luisa Holguín

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