31 ago 2013

Vergüenza

-Mamá, estoy tiritando -se quejaba una niña de unos tres años que, cansada de ver a su hermanito en brazos de la madre, reclamaba más atención. Observé aquel libro abierto de psicología infantil y noté que aquello era falsa alarma, su cuerpo rebosaba salud y gozaba de buena temperatura corporal. Su madre, enfrascada en una conversación interminable con una amiga, no le hacía ni caso.
Por un momento la niña cruzó su mirada con la mía y de algún modo se sintió espoleada. Volvió a la carga.
-Mamá, que estoy tiritando, tengo frío...
Sin abandonar la conversación con su amiga y en un gesto mecánico que no necesitó ni mirar a la cara de la hija, la madre introdujo la mano derecha bajo el vestidito de la niña, hurgó donde debía y le soltó impasible:
-No haberte meado.
La niña me miró de reojo y acabó refugiándose entre las piernas de la madre para evitar mi curiosidad.
_____ o _____

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