27 ago 2013

Felicidad dispar

Sentadas frente al lago, en el pantalán que se eleva sobre las aguas como un altar irreverente, las dos amigas dejan perder su mirada en la lejanía.
Una de ellas piensa que ese instante de plenitud le acerca a la felicidad. Y decide viajar por el mundo sin descanso, sin dejar un solo rincón sin visitar.
Su compañera se siente abrumada por la inmensidad del lugar y se ve insignificante como una despreciable mota de polvo cósmico. Y quiere quedarse allí para siempre.
Finalmente la brisa heladora que les azota el rostro hace que vuelvan en sí y retomen el camino que les lleva a la vida cotidiana, ese espacio en el que la poesía se escribe con tinta transparente y no caben las ensoñaciones.
_____ o _____

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