-
¡Que se pudra! -llegó
a decir alguno de los hijos en el colmo de la incomprensión.
Y
así transcurrió el tiempo inexorablemente, el tiempo justo y
necesario para que ocurriera lo inevitable.
También
las hojas de los árboles fueron depositándose lentamente en el
suelo, fueron movidas por el viento, meteorizadas a capricho y
transformadas en materia orgánica por microorganismos hiperactivos
que todo lo convertían en humus.
Humus
que acogió el cuerpo de la abuela, lo cubrió de silencio y respeto
y lo integró de nuevo en el gigantesco útero de la Madre Tierra.
Así fue como su ajado cuerpo se fundió/confundió para siempre con
la esencia de las cosas, con más armonía que la proporcionada por
aquella familia tan unida que no supo entender cómo acompañar a la
anciana a despedirse plácidamente de su mundo.
_____ o _____
No hay comentarios:
Publicar un comentario