Llegó
mi turno y respondí que no. Me reenviaron a otra puerta en la que se
leía: Pasajeros repatriados. Una fila de cigüeñas aparcadas en
batería me esperaba. A mi alma le dieron corporeidad y, colocado en
un hatillo, descendí de nuevo al Valle de Josafat suspendido en el
pico de un ave. Era mi segunda oportunidad.
Ahora
ya soy mejor escritor. Creo que esta vez traspasaré la primera
puerta.
_____ o _____
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