Juan Badaya, domador de dinosaurios
Es cierto que detrás de cada ser humano se esconde una historia, pero no es menos cierto que a cada persona le acompañan otras muchas más historias, tantas cuantas dinosaurios encuentra en cada despertar...
3 dic 2025
Huyendo de la historia
1 dic 2025
Marcando territorio
El nuevo profesor llegó a la Universidad contratado por un año que, por cierto, luego fueron muchos más. El sueldo no era nada del otro mundo, pero estaba ilusionado con hacer carrera. Se presentó en el Departamento de Física Aplicada y le recibió el catedrático titular. El nuevo profesor asociado, ¿no? Sí señor, vengo a emular a Einstein. El catedrático se quedó perplejo. Cumpla sus obligaciones y será suficiente, le dijo. El novato pensó que no había entrado con buen pie. Y tenía razón, porque al día siguiente llegó lo peor. Estaban en el departamento unos cuantos profesores en amena charla y el nuevo profesor asociado no paraba de provocar risas entre los compañeros con sus comentarios hilarantes. Así los sorprendió el catedrático que frunció el ceño. A mitad de mañana convocó al recién llegado en su despacho y le dejó claro unas cuantas cosas. Aquí, le dijo, se viene a trabajar. El único que hace gracias soy yo, es parte de mi función. Usted adopte un perfil bajo y haga de comparsa, advirtió. El novel agachó la cabeza y se dedicó a preparar clases. Más tarde aprovechó un despiste del jefe y contó el diálogo a un compañero joven que le infundía confianza. ¡Uf! Eso es un mundo que no te hemos contado. El ego del catedrático es patológico, le provocas celos, él es el macho alfa, no lo desafíes llevando la voz cantante en el Departamento, es su territorio.
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