11 jul 2025

Diferencias de clase

Cuando cursé el bachillerato vi cosas injustas que me sirvieron para descubrir que la gente de alta aldaba lo tiene siempre más fácil. Me sentaba en el mismo pupitre que el hijo del boticario. Su padre era hombre influyente, miembro de la Cofradía de la Virgen del Camino y hombre dadivoso con las cosas del clero. Yo dibujada bien y en todos los trabajos me calificaban con un 6. Sin embargo, los trabajos que le hacía a mi compañero de pupitre siempre alcanzaban el 10. Nunca dije ni mu. En aquel colegio de curas me podían condenar, pensé, hasta con penas de infierno.
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