14 abr 2025

El mundo cambia en todas partes

Érase una vez un gato que aprendió a mugir, mugir, sí, como una vaca. Todos lo tomaban como un friki y excéntrico, pero él ni se inmutaba. Yo, cuando paseo por un prado, hago ¡muuuuu! y los ratones ni se esconden. Así que como todos los días con tenedor y servilleta. Los que le oían acabaron de creérselo cuando vieron lo gordo que se estaba poniendo. Va a ser verdad, decía una gallina. El cerdo preguntó si alguien le enseñaba a mugir, que así también sacaría ventaja... Pero se enfadaron las vacas. Os vamos a cobrar aranceles por hacernos la competencia, protestaba una ternera con gafas. ¡Huy! Eso debe ser muy malo. Vale, vale, perdonad, dijo hasta el gato que, pobre, tuvo que buscar un logopeda para recuperar su maullido. Así me gusta, que haya orden y que cada cual esté en lo suyo predicaba una yegua vieja que, justo cuando acababa el relincho, soltó un gallo y todos la miraron mal.
__________

No hay comentarios:

Publicar un comentario