1 jul 2024

Acción y reacción

El niño creció caprichoso y contestón, pero tuvo la ventaja de ser un consentido y apenas tuvo que pagar por su insolencia. Los amigos de la familia quedaban siempre sorprendidos al ver al padre, un capitán de la legión con fama de intransigente y severo con su tropa que no permitía que nadie cuestionara su autoridad. El niño, amparado por la madre, tenía venia para saltarse normas y cometer desacatos infantiles. Pero todo acabó en la adolescencia cuando el padre le hizo ingresar en un internado. Y aquel niño descarriado se convirtió milagrosamente en un joven juicioso y de buenas maneras que fue admirado por todos menos por su padre, que no soportó nunca que se ubicara políticamente muy alejado de sus convicciones. Dos tortas a tiempo, se lamentaba el progenitor, hubieran dado otro resultado. No siempre ocurre, replicaba el hijo, eso de que, de tal palo, tal astilla. Y añadía desafiante: Te ha salió el tiro por la culata. 

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