17 jun 2024

Manejarse en un nuevo idioma

El abuelo contaba graciosamente una anécdota de las muchas que vivió en Australia. Él emigró en el siglo pasado y se ganó la vida cortando caña. Eran jornadas enteras con un machete tumbando las plantas maduras y recogiéndolas en grandes montones para que luego camiones gigantescos las sacaran de allá. Él contaba que siempre pensó que serían para dar de comer al ganado en las enormes granjas que rodeaban la explotación. El mismo explicada el equívoco. Un año entero tardé en enterarme, eran sus palabras textuales, de que las cañas servían para ¡extraer azúcar! Y soltaba una estruendosa carcajada con la frase final: ¡Lo mío no era el inglés! 

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