El futuro que se avecina

Mira hija, llevas ya tres parejas en seis años, ya te estás acercando a la treintena y no te veo yo muy metida en el asunto. Mamá, no seas pesada, yo busco un hombre de fundamento. Pues no tengas mucha paciencia que te van a olvidar, que tú no eres la única mujer del pueblo. Tendré la que necesite, no me voy a liar por liar. Pero, hija, ¿tú te crees que existe el hombre perfecto? La chica guardó silencio y la madre aprovechó para soltar penas. ¿O te crees que yo elegí un chollo con el calzonazos de tu padre? Eso dolió a la hija. Ella quería a su padre. Y pasó al contraataque. Tu marido es el hombre con más paciencia del mundo y, visto lo visto, yo no haré como tú, me voy a divorciar 20 veces en la vida. El noviazgo es un aprendizaje, ¿no? Pues eso es lo he aprendido. Decir esto y meterse en su habitación con un portazo fue lo mismo.