14 jun 2023

Abrazos perdidos

Ayer Silverio Salazar se enteró de que su abuelo había sido localizado en una fosa anónima en un lugar anónimo en el que un día hubo una batalla anónima de una guerra en la que todos saben el nombre. Su ADN coincide en un porcentaje muy alto con el tuyo, le dijo uno de los forenses que trabajaron en el asunto. Silverio Salazar hizo memoria y recordó a su abuela viuda, y ya difunta, que contaba con pesar lo dura que había sido su vida, las humillaciones por las que pasó por pertenecer al bando de los perdedores, cómo se sacrificó para sacar adelante a 6 hijos que aquella guerra cruel dejó huérfanos de padre... Silverio Salazar no pudo contener la emoción y soltó lágrimas no por el hombre exhumado que decían abuelo y con el que nunca tuvo trato, sino por su querida abuela, aquella mujer que nunca expresó rencor y sí mucha pena. El amor que volcó en sus nietos, estaba seguro Silverio, nunca compensó la vida que le robaron con aquel Salazar del que solo quedaba un esqueleto y que a punto había estado de ser pasto del olvido.

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