8 jun 2022

Beneficios de la confesión

Fray Antonio adelgazó de manera alarmante durante el primer confinamiento que sufrió la población a causa del Covid 19, allá por el año 2020. Tanto que el padre prior se alarmó y no dudó en llevarlo a consulta médica. Tras los pertinentes análisis se descartó el virus famoso como causante del problema y Fray Antonio volvió al convento con varias recomendaciones relacionadas con la alimentación. El caso es que su alarmante delgadez empezó a desaparecer. En cuanto se levantó el confinamiento y las relaciones sociales se recuperaron, el fraile comenzó a engordar a ojos vista. De nuevo el prior intuyó algo peligroso e hizo que los médicos tomaran cartas en el asunto. A partir de ahí fray Antonio siguió un estricto régimen que no dio resultado, a pesar del empeño y desesperación del prior. Pero todo cambió el día que el fraile sintió remordimientos por un pecado que tenía callado desde hacía tiempo y que quiso limpiar mediante la confesión. Siempre he dado ejemplo de celo pastoral atendiendo las necesidades religiosas de las monjitas del Convento del Eterno Consuelo al que acudo diariamente, explicó. Durante la pandemia lo hice a distancia y adelgacé. Hoy día, lo confieso muy arrepentido, he caído en la tentación con sor Inés. ¿Mujeres?, protestó el prior. Sí, se me hace irresistible el chocolate con churros que ella me prepara todos los días. El padre superior, respiró. Me temía lo peor, es solo gula, se consoló. Le impuso una penitencia llevadera y habló directamente con la monja. 

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