Pertenezco a un club de fans de palindromeros. Hice la inscripción y me dejaron entrar un día en su local por deferencia. Me enseñaron todas las paredes llenas de textos absolutamente simétricos de derecha a izquierda y viceversa. Con su ayuda inestimable construí mi primer palíndromo: Osa aso. Hasta que no hagas uno realmente propio no te dejamos entrar de nuevo. Y me dieron un plazo razonable, pensando que lo mío era vocacional o que yo era un repentizador prodigioso. Ha pasado el tiempo y no he conseguido crear ni uno solo. ¡Qué fracaso! Me emocioné leyendo aquello de "arriba la birra" y no he dado ni un paso más.
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