Al abuelo Simón se le inundó la casa, llegando el agua a la altura de la cama donde dormía. Le salvó un pescador anónimo que lo llevó a sus espaldas hasta una colina cercana. Allí fue el alcalde a recibirlo y a posar descaradamente para la prensa. Explicaba, ufano y parlanchín, que con el perigeo la luna estaba más cerca de la Tierra, aproximadamente a 361.536 kilómetros, y eso producía mareas vivas. El abuelo Simón, enfadado, le dijo al alcalde que con el perigeo él era todavía más tonto. A micrófono abierto.
NOTA: Relato finalista en el VII Concurso Literario de minicuentos "Un caleidoscopio de letras". Ver Mundo escritura. junio 2021. (http://www.mundoescritura.com/concursos/microrrelatos.php).
_________
No hay comentarios:
Publicar un comentario