21 may 2021

Maldita psicosis


Un amigo de toda la vida me invitó a pasar una noche en su casa de campo recién estrenada. Era un lugar solitario en el que los vecinos más próximos quedaban lejos. Yo presumía de conocer bien a mi colega y de gozar de su confianza. Justo lo que él no tenía, es decir, no tenía confianza en nadie. Nada más llegar me tuve que proteger en el coche de un perro furioso que me tomó decididamente por enemigo, luego observé cómo el entorno de la finca estaba regado de cámaras para detectar intrusos, disponía también de un sistema de sonido que cada media hora soltaba automáticamente ladridos de, por lo menos, un dogo de lo más fiero. En fin, hice abstracción de tanta obsesión y conseguí que la estancia en la casa de mi amigo fuera placentera. Hablamos, bebimos y nos fuimos a dormir tarde. Al amanecer pasé por la ducha antes de desayunar. Me sorprendió ver un puñal adornando la bañera. Luego pregunté por qué o para qué estaba allí. La respuesta me dejó claro que mi amigo era un paranoico. ¿Has visto Psicosis de
Alfred Hitchcock? Yo, cuando corro la cortina, me dijo, antes que la toalla, agarro el puñal, por si acaso. En fin, qué más decir. Aquel día, de verdad, yo sí que corrí un tupido velo sobre todo lo que había visto. Al fin y al cabo se trataba de un amigo y un amigo, para mí, es sagrado.

_______

No hay comentarios:

Publicar un comentario