3 may 2021

Congestión cromática

Quiso el destino que un camaleón tuviera la infeliz idea de cruzar una carretera. Cuentan que un ecologista voluntarioso y gentil se ofreció a ayudarle. Primero tomó en su manos al reptil y lo acercó a un paso cebra, después paró el tráfico y protegió con su propio cuerpo al bicho y tercero, acabó acongojado porque el camaleón sufrió una indisposición atroz que lo dejó inconsciente en medio del asfalto. Acudió raudo a un veterinario que descubrió la raíz del problema. ¡So bruto!, le dijo, has obligado al animalito a transitar por un paso de cebra y ¿sabes qué has conseguido? Que tenga que hacer un sobreesfuerzo de camuflaje con la geometría severa de blancos y negros. Se le han estresado las células pigmentarias y a punto ha estado de un colapso cromático. El ecologista aguantó la bronca y se alegró de ver al resucitado refugiarse en sus brazos. Bueno, es un decir, porque al poco el camaleón desapareció camuflado en el tatuaje que tenía en el antebrazo.

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