7 may 2021

Argumento convincente

En una celda del penal de Dos Santiagos Elgidio Vargas sueña despierto. Ha confesado a su compañero de encierro lo que piensa hacer con el botín que dejó escondido en el desierto. Pero sufre pesadillas temiendo no poder encontrar el lugar donde lo enterró. Era una roca colorada que coincidía con punta de la sombra de un cardón de la puna, exactamente al mediodía del 28 de abril y en el km 38. Conté 8 pasos hacia el norte. Y no te lo cuento para que lo soples, advierte a su colega, lo cuento para no olvidarlo. El destinatario de su secreto pone cara de querer saber más y, eso piensa el presidiario, apropiarse del tesoro. Elgidio Vargas se lo quita de la cabeza en la siguiente frase. Nunca olvidaré que aquel día vi por primera vez una esmeralda, ni tampoco olvido la cara de su propietario, ni aquel cuchillo mío teñido de rojo.

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