29 ene 2021

Dónde se esconde la sabiduría


Voy a contar lo que pasó el día que llovieron guijarros de manera inmisericorde sobre nuestras cabezas. Acabábamos de cometer un pecado de juventud faltando al respeto a los ancianos de la aldea. Les habíamos llamado descaradamente inútiles. Entonces, el Dios de la Furia descargó su ira contra nosotros y rompió varias clavículas, un antebrazo y dañó seriamente tres cráneos, uno de ellos gravemente. Yo me salvé. Mi abuela me explicó que eso de llamar inútiles a los mayores es castigado severamante por los dioses. Ahora, durante un tiempo, los inútiles serán tus amigos y uno de ellos probablemente inválido para siempre. Así aprenderéis a respetar la única fuente de sabiduría que tenemos en la aldea.

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