9 nov 2020

Paradojas cristianas

El sacerdote despidió a sus feligreses diciendo podéis ir en paz. En cuanto el sargento Santiñez abandonó el templo, acarició el gatillo de su pistola, quitó el seguro y caminó dedicando miradas aviesas a todo vecino. 

_______  

No hay comentarios:

Publicar un comentario