16 oct 2020

Cuenta la leyenda que

László József Bíró distraía su mirada viendo jugar a un grupo de niños con un balón en la calle. Le llamó la atención la línea que dibujaba la pelota tras salir de un charco y rodar por la carretera. Si pudiera dirigir la pelota a voluntad conseguiría escribir, pensó. Y pensó mucho, mucho. Porque a la larga, este húngaro nacionalizado argentino con el nombre de Ladislao Biro, acabó inventando el bolígrafo. ¿Quién dijo que el balón es enemigo del progreso? Ni en Argentina, che.

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