Es cierto que detrás de cada ser humano se esconde una historia,
pero no es menos cierto que a cada persona le acompañan otras muchas más historias, tantas cuantas dinosaurios encuentra en cada despertar...
La Inés
descubrió su vocación de policía de balcón en la última
pandemia. Se empollaba a fondo tres telediarios por semana y estuvo
impartiendo lecciones tres meses. Ser útil a la sociedad, decía,
¡un deber!
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