29 may 2020

Discusiones con nivel


Leo en voz alta la noticia de que el 1 de junio de 2020, lunes por más señas, a las 0'00 horas mismamente, se levanta la veda del cangrejo rojo y cangrejo señal. Mi padre, de siempre aficionado a estos crustáceos de agua dulce, comenta algo sobre la buena suerte de los pescadores. Y mi hermana, por contra, habla directamente de la extinción de los cangrejos. Pobres, dice, los van a exterminar. Y ambos se enzarzan en la enésima discusión en la que median términos como depredador, conservacionista y demás. A mí me toca restablecer la paz, que para ello soy el hijo mayor y el más veloz de la familia en encontrar información en el sabelotodo Google. Y les digo. Que sepáis que, tanto el cangrejo rojo como el señal, son especies invasoras que están exterminando al cangrejo autóctono, que llevaba en nuestro ríos europeos desde la última glaciación. Transmiten un patógeno que provoca la expansión de la afanomicosis, un hongo exterminador. Con datos tan documentados les dejo callados a los dos. Y sigo. Las autoridades promueven iniciativas que los erradiquen de los cauces fluviales y permitan la supervivencia de las poblaciones autóctonas. Por eso, se permite pescar sin control de cupo ni de talla. Eso es como el coronavirus, ironiza el padre, que se pongan mascarilla, propone. Eso es frivolizar, protesta airada mi hermana que aún tiene tiempo de inventarse un par de neologismos. Papá, eres un cangrejófobo y hasta un cangrejicida. ¡Depredador! Y allí los dejo enzarzados en lo que más les gusta, discutir. No sin antes corregir a mi hermana, previa consulta a tío Google. Lo que padece tu padre sería ostraconofobia, conste... ¡Ejem, que se note quién tiene más fundamento en esta familia!

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