El
sargento Adanero abroncó al cabo Hermosilla porque una de las mulas
había perdido la carga en un precipicio. El cabo abroncó al soldado
raso Lautaro por haber atado mal los sacos. El soldado atizó un
latigazo a la mula que no llegó a entender nada. La mula, por si
acaso, lanzó una coz al aire. El teniente Gorriti arrestó al
soldado, al cabo y al sargento por no cumplir con su deber. Con la
mula no se atrevió. El capitán Bolsonaro preguntó al furriel
Sánchez qué era lo que transportaba la mula. Lentejas, sólo
lentejas, señor. ¡Bah, no me gustan! ¡A tomar por el culo las lentejas! El teniente Gorriti, libre de sanción, levantó el castigo
al sargento Adanero, al cabo Hermosilla y al soldado raso Lautaro. La
mula caminó ya sin carga, aunque el sargento Adanero colocó encima
su mochila. Había que demostrar a la tropa quién mandaba allí. La
mula relinchó una vez, no más, no sea, pensaba, que le cayera algún
fustazo más de alguno de aquellos individuos incomprensibles para su
mente animal.
_______
No hay comentarios:
Publicar un comentario