Se
va a estrellar, dijo Juan Marañón. Sí, se va a romper la crisma,
coincidió Juanito Marañón. ¡Ay! gritó Juanín Marañón antes de
estampar su cabeza contra el muro del jardín.
¡No sé cuánto va a
durar este nieto! ¡Qué difícil es criar un hijo! ¡Ay, ay!, siguió
gritando el chaval tirado allá en el suelo.
Bueno, dijo aliviado el
abuelo, parece que los Marañón no se extinguen. De momento, añadió
el hijo, exhalando despreocupadamente una bocanada de humo. ¡Ay, ay,
ay!, se oía exclamar al nieto al fondo del jardín.
_____ _____
No hay comentarios:
Publicar un comentario